En cuanto sacara su genio a pasear, no dejaría ninguno, pero tenía buen corazón y no deseaba dañar a nadie. Por eso lo vapuleaban y torturaban, aunque hubo un momento en el que ya no lo soportó más y su transformación fue desgarradora, verdaderamente brutal. Su piel se desgarraba y cuarteaba, y de su interior nació un ser poderoso que no temía a la oscuridad.
No os he dicho por qué no pudo soportarlo más. Aquellos que lo golpeaban y torturaban dirigieron sus golpes hacia otra criatura indefensa, colmando la copa de ira que había ido incrementándose en él.
M. D. Álvarez
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