lunes, 10 de diciembre de 2012

La Apuesta.


Seguro que os habéis preguntado. ¿Cómo fue el comienzo de nuestra existencia? Creo que ya va siendo hora de que lo sepáis.

Todo empezó  en una titánica caverna, tan colosal que no cabría en nuestro universo. Surgimos de una apuesta hecha en su interior por dos seres de luz.

El ángel blanco apostó que podía crear seres limpios de corazón. Y el ángel negro, que podría corromper a todo ser creado por el anterior.

La apuesta aún sigue en vigor ya que ninguno de los dos ángeles se da por vencido.

© M. D. Álvarez

sábado, 26 de mayo de 2012

Poder absoluto.


Algún día se enterarían de quién era el que movía los entresijos del poder.
Nadie estaría seguro. Pues  podía llegar a cualquier lugar del planeta. Con sólo chasquear los dedos hacía que apareciera un millar de esbirros.

Era una persona corriente, en apariencia. Pero detentaba un poder que era casi inimaginable. Su red de contactos era universal. Si quería contactar con alguien sólo tenía que cerrar os ojos y desearlo. Su séquito se lo traían. 

Si no conseguía lo que quería era mejor no  estar cera de él, pues su aura era tan negra, que rozarle te fulminaba.

© M. D. Álvarez

Mi lado oscuro


Ya terminé con mi lado luminoso. Vais a ver mi otro lado, mi parte oscura.  Como buen géminis que soy estoy sujeta a una pauta. Mi dualidad.

Cuando muere una, renace la otra y viceversa. Ahora le toca a mi parte salvaje y sanguinaria.

No recuerdo cómo comenzó el ciclo ni como acabará pero lo que si sé seguro es que después de mi noche siempre vendrá la mañana  para curar las heridas de mi gemelo cruel y sanguinario.

Géminis es mi nombre y así me conoceréis.

©M. D. Álvarez

domingo, 15 de abril de 2012

Sombras.

Solo había sombras a su alrededor. La observaban con anhelo, pero ella no sabía qué querían y huía de ellas.
Las sombras querían su alma radiante y pura, para poder salir de la sombra que las albergaba.

De pronto, una de ellas se abalanzó sobre la pequeña, que, llena de terror, se desmayó. Cuando despertó, se hallaba rodeada de una gran oscuridad. 

Ahora era una de ellas, anhelando que renaciera un alma resplandeciente y sin mancha, para poder alcanzar de nuevo la luz.

M. D. Alvarez 

sábado, 10 de marzo de 2012

Oscuridad perpetua.


En plena oscuridad sentía que algo se iba acercando muy lentamente. Algo que no supe identificar, pero del cual emanaba  maldad lúgubre y negra.

Se aproximaba muy sigilosamente, casi mejor para mi no ver lo que se me venía encima. Digo casi mejor,  pues pude vislumbrar un amasijo de monstruos unidos entre sí.

Yo era su puerta de acceso a este mundo, pero iba a vender cara mi posesión. Ya que una vez dentro de mí no podría salir. Le había preparado una sorpresa. Tan solo me quedaba un minuto de vida. ¡Cuando deje este mundo esa oscuridad morirá conmigo!

¡Oh, dios mio, si me he dejado el mechero en casa!

© M. D. Álvarez

domingo, 4 de marzo de 2012

Mamá o el dragón


Mucho mejor el dragón que mamá. El era más seguro. Me devoraría y ahí acabaría mi calvario.

En cambio, mamá me haría sufrir una vergüenza tras otra hasta que escarmentara o se le olvidara por qué me había castigado.

Estaba decidida. Me iría a ver al dragón ya que mamá no me perdonaría en la vida. Había destrozado su mejor vajilla. Nada más y nada menos que la que le había regalado su madre cuando se casó.

© M. D. Älvarez

Madriguera sin salida.


Cuando el alcalde se acercó al desfiladero vi todo muy claro. Los habían cercado en aquella madriguera, para acabar con ellos  a cañonazos.

Y parecía que les había salido bien en anteriores ocasiones, pues el suelo estaba plagado de restos de pobres incautos que también se habían negado a pagar por un servicio que no habían recibido.

Pero esta vez se encontraron con una valerosa defensa: era Numantina que no se rindió ni ante la muerte. No quedó nadie para llorar las muertes. Ni de unos ni de otros.

© M. D. Álvarez

Las Vegas.


Las cuatro de la mañana y aún no había podido cerrar ojo. Me di la vuelta en la cama y la vi por primera vez. Era la criatura más hermosa que he tenido delante en lo que llevo de vida.

Pero ¿qué hacía en mi cama? Fue entonces cuando me di cuenta:

¡Si esta no es mi cama!

El como había llegado hasta allí era un misterio. No recordaba haber bebido ni una gota de alcohol pero ¡vaya usted a saber! Eso de la memoria es un autentico enigma.

Ella se dio la vuelta y me acarició la mejilla diciéndome: ¿Qué tal has dormido? – Con su sonrisa picarona y mostrándome un pedazo de sortija parecía una inocente niña de 10 años

Caí en la cuenta. Me había ido de vacaciones a las Vegas y en una noche loca de juerga me había casado.

Pero no importaba ya que era la mujer más extraordinaria  y estaba casada conmigo.¡¡Al menos de momento!! Ya veremos si sigo pensando lo mismo cuando la conozca mejor…

© M. D. Álvarez

lunes, 27 de febrero de 2012

La bestia interior.


Me encontraba en un estado tal que nadie se atrevía aproximarse a más de dos metros por miedo a ser atacados y eso que estaba encerrada tras gruesos barrotes.

Barrotes que no me impedirían salir cuando todos aquellos que me observaban se fueran.

Entonces liberaría a la bestia en la que me había convertido. Destilando todo el odio y furia, lo encauzaría para acabar con el que me atrapó. ¡Pobre del que se interpusiese entre los dos! No dejaría rastro de aquel individuo.

© M. D. Álvarez

La Apuesta.


Seguro que os habéis preguntado. ¿Cómo fue el comienzo de nuestra existencia? Creo que ya va siendo hora de que lo sepáis.

Todo empezó  en una titánica caverna, tan colosal que no cabría en nuestro universo. Surgimos de una apuesta hecha en su interior por dos seres de luz.

El ángel blanco apostó que podía crear seres limpios de corazón. Y el ángel negro, que podría corromper a todo ser creado por el anterior.

La apuesta aún sigue en vigor ya que ninguno de los dos ángeles se da por vencido.

© M. D. Álvarez

sábado, 25 de febrero de 2012

La cacería de la criatura.


¿Cómo enfrentarse con  aquello? Era una pregunta inquietante e incomprensible.

Aquello era una criatura diminuta, pero con un poder sobrecogedor. Su mirada podía helar la sangre y  destrozarte por dentro.

Ya había eliminado a dos de mis mejores cazadores y estaba visto que si no actuaba rápido, iba a  tener idéntico destino.

No podía demorarlo por más tiempo así que bajé de mi montura y lo aplasté con mi bota, limpiándome sus restos en una roca cercana.

Mira que había sido fácil y aquella cosa había eliminado a nada menos que 10 de los mejores cazadores del reino, además de 2 de los míos.

© M. D. Álvarez

Justicia poética.


            Sólo se alimentaba de ricachones, la muy víbora, puesto que a su paladar le resultaba mucho mas exquisitos  que los pobres trabajadores.

         Tras haberse engullido una veintena de capitalistas banqueros, le tocaba echarse una pequeña siesta.

         Aprovecharon los escurridizos financieros para salir corriendo de sus escondrijos e ir a buscar un nuevo refugio.

         Más no sabían ellos que el monstruo lo veía todo y que sabía de antemano el lugar donde se escondían su futuro almuerzo. ¡Así de astuta era la temible bolsa!

© M. D. Álvarez

viernes, 24 de febrero de 2012

Hotel de mala muerte.


            Aquel niño era yo pero no me reconocía reflejado en aquel espejo, desconchado de ese antro  perdido de la mano de Dios.

            Ni siquiera sabía como había llegado hasta allí, ni que hacía en aquel lugar y mucho menos, por qué estaba manchado de sangre.

            Hasta que me di la vuelta y me vi tirado en la cama con un tiro en la cabeza. ¡Que  ironía. Morir en aquel hotel de mala muerte!


© M.D.Álvarez

domingo, 19 de febrero de 2012

Higuera


Habían de caer del todo, sin duda alguna, pues aquella higuera era muy vieja, vetusta, casi no se tenía en pie. Tendría unos ochenta años. De los meneos que le estaba dando, no le quedaría ningún higo en sus ramas.

 Sus frutos, los más exquisitos, se los había prometido a mi amada y no pararía hasta conseguírselos todos. ¡Bueno era yo para cumplir sus mandatos!.

© M. D. Álvarez

FRANCISCA “LA MAYOR”


Y se vistieron para la misa de 12 cuando faltaba todavía más de media hora para que tocara, Francisca “la Mayor

Era cosa de gran ceremonial por lo que el alcalde y toda su comitiva se había vestido con sus mejores galas. Recibirían  a la Francisca por todo lo alto.

Y con puntualidad meridiana, como si se tratara del Big Ben, comenzó a tañer las doce campanadas. Francisca, es la campana más grande del pueblo que, por fin, estaba de regreso en lo alto del campanario tras haber sido robada misteriosamente por un  anciano de 103 años enamorado de sus voluptuosas curvas.

© M.D.Álvarez

domingo, 12 de febrero de 2012

Femme fatale.


A ella, estaba claro, le gustaban los chicos malos y aquél era de los peores, le atraían tanto, como a las polillas la luz.

Podía manejarlos con un solo movimiento de cadera. De ella emanaba una sensualidad arrebatadora. Y los chicos malos se volvían dóciles con una sola mirada.  Era una autentica Femme Fatale y como tal, trataba a los demás. Los usaba y luego,  ¡adiós muy buenas!

Pero el chico  tenía algo especial. Asesino  y pendenciero, puede que aquél fuera el definitivo y la atase en corto.

Aunque ya se sabe, siempre llegará quién  lo desplace. Esa es la naturaleza de una “Fatale”

© M. D. Álvarez

viernes, 10 de febrero de 2012

El viudo negro.


Al menos para las mujeres tiene mejor gusto que para la ropa y lo demuestra cada vez que trae una amiga a casa.

No sé como se las arregla. Cada día se trae una distinta y todas ellas guapas y encantadoras. Lo que hace con ellas es un autentico  misterio ya que no repite ni un solo día.

Las veo subir a su cuarto pero nunca  partir. Es como si hubiera una puerta trasera. Pero en su habitación nunca vi nada extraño… excepto esa  luz que e filtra bajo la puerta cada vez que entra con una de ellas.

© M. D. Álvarez

jueves, 9 de febrero de 2012

El Pegaso.


Se encontraron con olas de hasta más de 20 metros, pero eran una tripulación extraordinaria que no temía los embates de una mar brava.

No temían a la mar, en cambio si temían a su capitán, que los hubiera pasado por la quilla si alguno se hubiese negado a izar las velas.

Él tenía toda la razón, ya que alcanzaron los 200 nudos con aquel pequeño cascarón. Aventajando en más de 100 millas a los demás participantes de la Royal Cap.

El capitán tenía una fe endiablada en su velero y más exactamente en su mascaron de proa, que representaba un caballo alado. Con ese misma goleta y mascaron había logrado vencer en las 50 regatas anteriores. El nombre del barco era “Pegaso”.

© M. D. Álvarez

miércoles, 8 de febrero de 2012

El hombre del saco.


No podía dormir y sabía por qué aunque no quería reconocerlo. Estaba cansada de oír siempre lo mismo:

“Tienes que acostarte temprano y dormir ocho horas seguidas. Si no, vendrá el hombre del saco y te llevará”.

Tantas veces me lo dijeron que me pasé todas las noches en vela, para ver si era verdad. No os lo imaginaréis. ¡Y tanto que era verdad! En una de esas noches oí ruidos en mi habitación. Era él, el hombre del saco que venía a por mí. No sé que ocurrió después porque del cansancio acumulado me quedé dormida.

© M. D. Álvarez

martes, 7 de febrero de 2012

El destripador.


Había despertado de nuevo mi instinto asesino, aquel que me había hecho famoso en los barrios de Londres. Mi nombre Jack. Bueno vosotros me conoceréis por mi seudónimo: “El Destripador”.

He desaparecido durante unos años, pero he vuelto a mis orígenes. Ahora no habrá nadie que se salve de mi ansia de matar. Se ha despertado de nuevo el criminal sanguinario más grande de toda la historia., el que habita en mi.

© M. D.Álvarez

lunes, 6 de febrero de 2012

Desaparecido.


Ahí estaba yo, en medio de una multitud que marchaba sin orden ni concierto. Cada uno por su lado sin hacer caso al que tiene al lado.

Las masas nunca sabrían lo mucho que me había esforzado en permanecer oculto y mantenerles al margen de todo lo acaecido allá por el año 33 de nuestra Era.

Todo fue fabulado por un séquito de secuaces que quisieron divinizarme. Y seguro que no os lo creeríais. Pero el que murió fue mi hermano. Mientras yo desaparecía para no volver jamás.

Pero ahora estoy aquí entre vosotros y no me reconocéis. Aquellos acólitos míos hicieron un buen trabajo creando un mito. Idealizándome dando la vida por vosotros. Ahora estoy aquí, de nuevo entre vosotros…

© M. D. Álvarez

domingo, 5 de febrero de 2012

Derecho Penal.

Ambos hermanos apenas lograron completar los dos primeros cursos de Derecho Penal, tropezando particularmente con la escurridiza asignatura de Iter criminis. Cuando finalmente tuvieron que enfrentar la decepción de su padre, este reaccionó con furia, sus ojos lanzando destellos de desaprobación.

"Si no completan la respetable carrera de Derecho Penal, no merecerán llevar el nombre de la ley", rugió, imponiendo su voluntad sobre ellos.

Sin más opción que perseverar, se sumergieron en sus estudios, determinados a redimirse y honrar el legado de su padre, el juez más eminente de la ciudad.
@M D Alvarez 

viernes, 3 de febrero de 2012

El consejo.


No sé porque me han citado, pero no era para nada bueno. El consejo se reunía en contadas ocasiones y siempre para dilucidar delitos de sangre.

Yo era el escriba, que tomaba las notas en cada sesión. Pero ese día me habían citado como testigo.

¿De qué? No tengo ni idea. Acudiría como siempre con mis utensilios de escriba. Tan sólo tenía que decir la verdad y todo saldría bien.

¡Que equivocado estaba! El consejo que estaba compuesto por los más altos dignatarios necesitaba una cabeza de turco. Y me toco a mí. Si lo llego a saber no me presento.

El consejo era una pandilla de pomposos jerifaltes, que estaban acostumbrados a conseguir lo que quisieran.

© M. D. Álvarez

miércoles, 1 de febrero de 2012

El hada de la memoria.


No consigo recordar qué es un hada y mira que lo intento. Si pudiera rememorar los años de mi niñez, estoy segura de que lo recordaría.

Pero mi memoria esta cada día peor. A lo máximo que puedo remontarme es cuando tenía treinta. Los años anteriores han sido borrados de un plumazo.

Parece como si el hada de la memoria quisiera privarme de mis conocimientos y recuerdos anteriores, como si yo supiera algo importante sobre ella y no quisiera que saliera a la luz.


©M. D. Álvarez

martes, 31 de enero de 2012

El día después.


Esto ocurrió el día después de su llegada. Por fin se habían decidido, aunque creo que no comprendieron el mensaje de la Voyagèr. Si no ¿cómo se explica que nada más aterrizar comenzaran a devorar a los humanos?

En tan sólo un día se comieron a toda la población de la ciudad de New York. Como continuaran a ese ritmo no iban a dejar ningún bicho viviente sobre la faz de la Tierra.

Y eso, por no comprender un mensaje que fue mandado al espacio por unos científicos sesudos, que ¡vaya usted a saber lo que querían decirles!


©M. D. Álvarez


lunes, 30 de enero de 2012

El cementerio de Elefantes.


Estaba ante uno de los últimos cementerios de elefantes. Lo más curioso que se observaba era que las osamentas de los grandes machos carecían de sus codiciados colmillos de marfil. Y no por la codicia de cazadores y ladrones sino porque los elefantes habían evolucionado para no despertar el consabido interés por sus colmillos. Aun así, continúa  la matanza por el mero gusto de hacerlo.

Ya habíamos extinguido unas cuantas especies. ¡Que más daba otra más! Y así continuamente cazando y destruyendo la naturaleza. Algún día ella se tomará justa venganza con nosotros, haciendo que nos aniquilemos. Porque la naturaleza es sabia y se puede reponer a si misma. Además, tal vez le gusten nuestros colmillos a algún otro depredador codicioso.


©M. D. Álvarez

domingo, 29 de enero de 2012

El cazador.


Su mirada penetrante se clavó en el animal que ramoneaba tranquilamente, ajeno a lo que pasaría a continuación.

Sacó una flecha del carcaj, la colocó en el arco y lo tensó. En un suspiro, la flecha atravesó en aire sin emitir sonido alguno, traspasando el corazón del gamo. Murió al instante.

Esta vez su tribu no moriría de hambre en el invierno. Tendrían comida en abundancia. En lo que llevaba de día se había cobrado un venado, un corzo, dos gamos, tres perdices y un zorro para hacer mocasines a su madre.

Las nieves estaban cerca y tenía que seguir cazando mientras pudiera. Se debía a su tribu y sin él se habrían muerto de hambre.

Antes de él, su padre tuvo el honor de encabezar la cacería. Pero estaba perdiendo la vista y le tocaba a él ser su sucesor. ¡Cuanta responsabilidad para un niño de cinco años!


©M. D. Álvarez



sábado, 28 de enero de 2012

CON UNAS COPAS DE MÁS.


El serenatero gustaba de enseñar equilibrios a las cabras. Los pobres animales se destornillaban, muertas de risa, viéndole hacer equilibrios. Y sobre todo  si llevaba encima unas cuantas copas de más.

Era digno de ver dando traspiés  y manteniéndose en pie a duras penas. Pero lo curioso del caso es que no dio con sus huesos en el suelo en ningún momento a pesar de su  ingesta de alcohol

Fijaos si estaba borracho que a las pobres cabras las confundía con sus compadres de serenata ¡qué vaya usted a saber dónde los había perdido!


©M. D. Álvarez



viernes, 27 de enero de 2012

Billete de 500 Euros


- ¡Niño tira pa’ Linares, que aquí no se ta perdío na’!. – Dijo el guarda jurado a un pequeño golfillo que le miraba con cara de pocos amigos.

 - Me iré pa’ Linares, cuando su señoría levante el pie de mi gorra. –respondió el pilluelo.

- Y pa’ que las tirao.

- Yo no la tirao, se ma caio.

Cuando el guarda se alejó el gitanillo se agachó a recogerla debajo de ella, lo que él había querido ocultar: un billete de 500 euros.

Rió a carcajadas. Por fin su gorra había servido para algo de provecho.


©M. D. Álvarez



jueves, 26 de enero de 2012

ATRAPANDO LA LUZ.


Los niños jugaban a atrapar la luz sin conseguirlo. Aún así no cesaban en el intento. Sabían que no lo podían conseguir pero lo intentaban cada vez que veían esa pequeña luminaria de hermoso tono blanquecino.

Y cuando pensaban que podían lograrlo, la luz se escabullía por cualquier rendija dejando a los chiquillos con cara desangelada.

Pero, no se daban  por vencidos y volvían una y otra vez a la caza. Eran incansables, tenaces y persistentes. En cuanto volvía a aparecer la luz, allí estaban ellos tratando de cogerla.


©M. D. Álvarez



miércoles, 25 de enero de 2012

UN TÍTULO MUY SUGERENTE.

No les digo por dónde saqué a la abuelita porque seguro que no me editarán el cuento.
Así se titulaba el último relato que se había fraguado en mi cabeza. Todo se debía a una noticia que había leído en el periódico en el que con grandes titulares, se decía lo siguiente:
‘Si supieran por donde saque a la abuelita no me creerían’.
Y ahí me vino una imagen de la pobre señora: ¿de dónde la habría sacado? Leí con atención la noticia para enterarme: la habían sacado de una alcantarilla. La anciana no recordaba como había llegado hasta allí.
Pero yo tenía otra imagen más excalofriante y denterosa de lo que había ocurrido en realidad. Por eso, no les dije por donde saqué a la abuelita.

©M. D. Álvarez