martes, 29 de octubre de 2013

El fulgor.

- Sí, papá, pero, ¿y esa? - Quiso saber la chiquitina señalando con su dedito regordete el marco vacío que presidía la estancia.

- Esa, tesoro mío será la tuya cuando cumplas los 18 y para eso todavía queda mucho tiempo.

- ¿Papá por qué nos dejó mamá?

- Corazón, aún eres demasiado joven como para conocer la verdad. - Dijo el padre visiblemente entristecido al recordar como había muerto su esposa.

- ¿Y de qué color eran sus ojos?

- Igual que los tuyos. - Dijo mientras comenzaba a ver tras su  dulce mirada, el extraño fulgor que había abrasado la vida de su esposa.


©M, D. Álvarez

jueves, 17 de octubre de 2013

Fuente de inspiración.

- ¡De esa es de la que tú no quieres hablar!. -Recriminó el profesor harto de que se fuera por los cerros de Ubeda.

A lo que el joven contestó. -No sé a que se refiere. -Mientras trataba de ocultar a la voluptuosa musa que comenzaba a aparecer tras él.

-Precisamente a eso. –Dijo el profesor señalando a su musa.

- ¡Pero usted la ve! -Exclamó perplejo el muchacho que creía que era fruto de su imaginación.

- Como para no verla si va casi desnuda y es de color verde.


©M. D. Álvarez

sábado, 12 de octubre de 2013

Frío y vodka.

Érase una vez una noche muy fría en la que los moradores de la calle buscaban cobijo del gélido viento que azotaba todos los rincones.

Sólo los más valientes hacían frente a la intemperie con su botella de vodka y su manta raída del ejército de salvación para entrar en calor. Ellos eran la última barrera de defensa contra los afilados dientes del viento del norte que acechaban en la fría noche.


©M D Álvarez

sábado, 5 de octubre de 2013

Insumisión.



A grandes zancadas sobre las olas avanzaba majestuoso, el Creador. Cuidándose muy mucho de no pisar a las tiernas criaturas que bajo las aguas comenzaban a crecer y postrarse ante él.

Todas, menos una, que fue aplastada sin miramientos.

©M. D. Älvarez