jueves, 12 de septiembre de 2024

Una sola gota

En aquel vasto desierto de calor abrasador, paseaba aquel pequeño geco tornasolado de vivos colores iridiscentes, aprovechando la luz del sol y buscando cualquier sombra que le proporcionaran las escasas plantas resecas.

 Esperaba refrescarse al anochecer para recoger las pocas gotas de agua que le brindaba la luna con el rocío. Con tan solo una gota era suficiente para aguantar un día en aquel inmenso infierno. 

Su naturaleza de inquieto buscador de agua lo llevó a recorrer su hogar en busca de alguien con quien descansar a la luz de la luna, necesitaba compañía y el desierto se negaba a proporcionársela. 

M. D. Álvarez

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