Era raro escuchar ruidos ya que el corazón de ella descansaba e un frasco en la nevera junto a otros siete tarros con sus respectivos órganos.
Por fin se armó de valor y bajo al sótano donde se encontró que la nevera se había estropeado, hecha no a perder todo su contenido.
Ahora tendría que comenzar de nuevo y buscar una nueva candidata.
M. D. Alvarez
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