sábado, 14 de septiembre de 2024

Ninsun y Lillah.

La ciudad de Uruk fue cuna de grandes hombres como Gilgamesh, hijo de la diosa Ninsun, y un bello novicio llamado Lillah.

La diosa mantenía encuentros amorosos con su bisoño en el recinto dedicado a la diosa. Al sentirse observada, ordenó a su sacerdote la construcción de un gran templo escalonado, en cuya cúspide estaría su recinto sagrado donde mantendría sus escarceos con su amado.

La construcción llevó años y fue realizada por esclavos traídos de las batallas. El recinto estaba ricamente decorado con objetos regalados por los reyes y gobernantes de la ciudad: trípodes traídos como ofrendas de Delos, espejos como ofrendas de Jerusalén y cofres ricamente labrados de las tierras del Líbano.

Aún con el transcurso de los años, Lillah seguía siendo joven y apuesto; las malas lenguas decían que la bella Ninsun le concedió la eterna juventud para seguir disfrutando de las noches de pasión, en una de las cuales fue concebido el héroe Gilgamesh, valedor de la lucha por encontrar el secreto de la inmortalidad.

M. D.  Alvarez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario