jueves, 30 de enero de 2025

Líneas de pasión.

La huella de la palma de su mano era la única llave de su destino. Su línea de vida era interminable, pero no era tan larga como la de su destino. Una quiromántica le vaticinó un futuro dorado y lleno de aventuras.

Su suerte cambió al ver a aquella pelirroja de ojos verdes; su corazón estalló de pasión por ella. Sería su primera y única aventura. Después de que la quiromántica le leyera la mano, sus adorables e intensos ojos verdes lo subyugaban, haciendo que se convirtiera en su más férreo y sincero protector. Al parecer, ella quería algo más que un protector y se lo dejó claro cuando se tropezó con él.

—¿Tienes prisa, guapo? —dijo, colocando su mano sobre su pecho.

No sé a qué te refieres —respondió él en un hilo de voz apenas audible.

¿Te gustaría acompañarme? —susurró ella al oído.

Su corazón latía desbocado; ella era capaz de sumirlo en un deseo pasional inextinguible. La seguiría hasta el fin del mundo si se lo pedía.

—Ven conmigo, campeón —dijo ella, tomándolo de la mano. Lo guió hasta su dormitorio.

Una vez dentro, ella lo sentó en un sillón, comenzó a besarlo y tocarlo sin que él se pudiera resistir. Su piel morena y aterciopelada hacían de él un adorable y mimoso osito de peluche. Ella siguió acariciándole y, cuando llegó a su paquete, dijo:  

—Si hubiera sabido que estabas tan bien dotado, habría empezado por tu enorme paquete."  

Él se sintió verdaderamente azorado y excitado; las manos de ella eran un verdadero placer.

Continuará...
M. D.  Álvarez 

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