sábado, 9 de noviembre de 2024

Todo un caballero.

Su persistencia dio frutos cuando ella lo llamó por teléfono quería quedar con él para tomar algo. Él fue a recogerla a su casa con un ramo de rosas "Red Naomi Supra", que ella recibió con agrado. Él se había encargado de quitarle las pocas espinas que tenían para que ella no se pinchara. Una vez en la cafetería, ella pidió un capuchino y él un café espresso. 

Hablaron de todo: ella trabajaba de azafata y él era capitán de un grupo de élite. Ella había cedido a su reticencia por la insistencia de él, le gustaba su forma de insistir: era tranquilo, educado y caballeroso.

Él la descubrió en una reyerta con un grupo de amigos que habían sacado las navajas y pretendían pelearse. Si no hubiera intervenido él, ella habría salido mal parada. Él la llevó a su casa y la dejó en la puerta. Ella lo miraba con una mezcla de admiración y temeridad. Él le dio su número de teléfono y se fue. 

Ella se lo encontró dos semanas después, delante de su puerta, con aquel precioso ramo de las rosas más hermosas. Le había ido regalando diversos presentes hasta dar con el regalo adecuado. Cuando abandonaron la cafetería, eran una pareja increíblemente compenetrada.

M. D.  Álvarez 

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