domingo, 10 de noviembre de 2024

El paladín grhunthor.

La codicia los llevaría a menospreciar a los habitantes de aquel mundo lleno de tinieblas. Su tierra era rica en metales preciosos que los habitantes no conocían su valor. Al ser unos seres débiles, creyeron que podrían someterlos, pero ellos contaban con un arma secreta: un paladín imponente, impresionante, de una fuerza descomunal que luchaba por los habitantes más débiles.

La batalla se presentó en un terreno llano. Los invasores trajeron tanques, lanzaderas de misiles y se quedaron atónitos al ver acercarse a un joven solo. Lo que pasó a continuación fue digno de ver: su espalda se arqueó y dobló por el dolor que estaba sufriendo, se iba desgarrando desde dentro.

Fue apareciendo un colosal y gigantesco Grhunthor. En cuanto acabó la transformación, lanzó una mirada furibunda y un aullido que les heló la sangre. Era endiabladamente veloz, no le alcanzó ninguno de los misiles que lanzaron; en vez de eso, él los alcanzó y los destrozó con sus grandes garras. Los tanques se retorcían con facilidad. 

Cuando acabó con las tropas, se dirigió a las naves que habían aterrizado, destrozándolas por completo. Una vez acabada la batalla, el grhunthor volvió a introducirse en el cuerpo del joven que había estado en letargo dentro del ser.

Se lo pensarán dos veces antes de volver a nuestro tenebroso mundo.
M. D. Álvarez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario