"Pronto, mi vida, estaremos unidos en el más allá", dijo, depositando la rosa sobre la tierra que cubría su tumulo.
Se encaminó sin dilación hacia el campo de batalla, donde le esperaba un feroz fharghun, la criatura más despiadada de todas. El combate fue sin igual, los dos eran fieros combatientes.
Aunque él quería morir, no debía permitir que aquel despiadado ser sobreviviera. Así que fue asentándose golpe tras golpe, al igual que recibía también golpes brutales. La batalla estaba casi decidida cuando el fharghun atravesó su corazón, dándole tiempo a él para degollarlo y perder los dos la vida.
Así cumpliría el deseo de estar con ella y no rompería la promesa de cuidar de su mundo.
M. D. Álvarez
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