Era un verdadero héroe y no se lo había dicho; no quería que ella se sintiera culpable, y le dejó una hermosa carta sobre la almohada donde le contaba todos los sentimientos que tenía hacia ella.
Ella leyó la carta con lágrimas en los ojos, comprendiendo al fin la magnitud de su amor. Las palabras danzaban en su mente, llenas de esperanza y dolor. Decidió honrar su sacrificio convirtiéndose en líder de la comunidad, impulsando a todos a reconstruir y proteger su hogar.
Cada día miraba al cielo, recordando su valentía, y se prometió que nunca olvidarían su heroísmo. Con el tiempo, el nombre de él se convirtió en leyenda, un símbolo de amor y sacrificio. En cada estrella brillante que iluminaba la noche, sentía que él seguía cuidándola desde arriba.
M. D. Álvarez
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