¿Por qué me miras así? ¡Qué pasa, ¿es que nunca has visto un cerdo con alas?! - Dijo el tímido animalito y, aprovechando las circunstancias, huyó de su captor, que parecía no creérselo. Había cazado una quimera, pero se le había escapado de las manos.
Como podía explicar que había capturado un cerdo con alas y que, además, hablaba, si no lo llevaba como prueba. Así que decidió no decir nada. Mientras el animalito volaba feliz cual perdiz con las aves.
M. D. Alvarez
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