Nadie conocería su identidad, a partir de aquel día pasamos a formar parte del cartel más sanguinario de Tijuana y a la vez trabajaría para desarticularlo desde dentro.
Pero algo salió mal y en vez de detener a los narcos, los asesinaba y se hacía con el control de las familias y del territorio.
Lo dicho, sabía muy bien lo que hacía, se estaba labrando una reputación librando se de la competencia para ascender en la cúpula del control y dar con el capo de todos. ¡Espero que logre detenerlo!
M. D. Alvarez
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