Si conseguía que se derritiera, lograría su más preciado tesoro: el amor incondicional de su musa y su amor verdadero. En aquella ocasión logró que el hielo se fuera fundiendo con tal pasión que alcanzó sus dos objetivos: ser el mejor poeta y amante.
Todo a través de su musa, su verdadero amor. Conquistó su lugar en el firmamento de los poetas.
M. D. Alvarez
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