jueves, 16 de mayo de 2024

Lucha por amor.

 Su existencia era un auténtico misterio. Nadie sabía de dónde habían salido. Su gran estatura y su fuerte musculatura le conferían un aspecto aterrador, pero sus intensos ojos azules infundían paz. Su piel morena y cabello cobrizo le daban un magnetismo salvaje. Él era su campeón, y de él dependía la supervivencia de su mundo. Sin embargo, solo obedecía a su protegida. Ahora, todo dependía de que ella estuviera bien para que él luchara por su mundo. Su relación era de puro amor; haría lo que ella le dijera.

Los invasores habían llegado con aires de superioridad, creían ser invencibles. Aunque su campeón era un poco más alto que él, no sería un problema.

A la mañana siguiente, se enfrentarían los dos. El que venciera se quedaría con el premio. Ella le dio motivos para luchar: estaba embarazada. Ahora debía demostrar su valía.

A primera hora, los dos estaban en el campo de batalla. La pelea duró tres días en los que lucharon a muerte. Al tercer día, él se alzó con la victoria y volvió junto a ella, que lo esperaba con anhelo.

Desde aquel día, ya no se separaron jamás. Permanecieron juntos, inquebrantables, imperturbables y felices en su mundo.

M. D. Alvarez

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