Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol con el que sellaremos nuestra adoración eterna.
Lo veremos crecer, al igual que crece el amor. Echará raíces y agarrará en terreno fértil.
Así, enraizados, crecerá nuestro pasión. De nuestra unión nacerán más raíces que fortalecerán todavía más nuestra unión.
M. D. Alvarez
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