Y dio otro bocado, pero esta vez se aseguró de que mordía la yugular.
No quería que le volviera a pasar lo de antes, cuando la víctima le atizó un mamporro que lo dejó fuera de lugar.
Menos mal que estaba su maestro, quien con un certero mordisco la inmovilizó.
,- Daltus ataca siempre a la yugular", dijo tras paralizar a su víctima.
- Así lo haré, maestro Valcan. No os defraudaré.
M. D.Alvarez
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