sábado, 6 de septiembre de 2025

Entre la vigilia y el amor.

Cada noche intentaba esperarlo despierta, pero siempre caía en los brazos de Morfeo. Eso hacía que él se sintiera inquieto, pero una noche descubrió que ese tal Morfeo no tenía nada que hacer. Descubrió cómo mantenerla despierta; a partir de aquel día, ella lo esperaba anhelante y subyugada por el deseo

Cada noche, el susurro del viento parecía llevar consigo la promesa de su llegada. Ella, con su corazón latiendo al ritmo de la anticipación, se sentaba en la ventana con una taza de té caliente entre las manos. Sin embargo, las horas se deslizaban como arena entre los dedos, y el cansancio siempre la vencía, llevándola a un sueño profundo y reparador.

Él, sintiéndose frustrado por no poder compartir esos momentos mágicos a su lado, decidió que debía cambiar las reglas del juego. Esa noche, se armó de valor y utilizó su magia para crear un leve destello de luz que danzaba en el aire. Era un brillo suave y cálido, como si las estrellas mismas se hubieran filtrado en su habitación.

Cuando ella despertó, se encontró rodeada por el resplandor etéreo que iluminaba su rostro. Sus ojos se abrieron como dos faros en la oscuridad, y el deseo que había estado latente en su interior cobró vida. “¿Qué es esto?”, murmuró asombrada.

“Soy yo”, respondió él con una voz suave que resonaba en el aire. “He venido a mostrarte cómo mantenerte despierta. No quiero que te pierdas ni un instante de lo que estamos construyendo juntos”.

Ella sonrió, sintiendo cómo cada palabra suya era un hechizo que la mantenía alerta. Desde esa noche, él le enseñó a jugar con los sueños y la vigilia. Juntos exploraron mundos donde la realidad se entrelazaba con la fantasía; cada conversación era un nuevo universo donde sus almas podían danzar libremente.

Con cada encuentro, ella aprendió a abrazar sus deseos más profundos, dejando atrás el miedo a lo desconocido. Las noches se convirtieron en un lienzo donde pintaban sus anhelos y esperanzas. Ya no había más Morfeo que interrumpiera su conexión; solo quedaba el brillo compartido entre ellos.

Así comenzó una historia llena de magia y complicidad, donde las noches eran eternas y los sueños se convertían en realidades palpables. Ella nunca volvió a temer al sueño; ahora sabía que él siempre estaría allí para guiarla en cada aventura.

M. D.  Álvarez 

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