Un día, mientras regresaban de una misión particularmente peligrosa, Alejandro fue víctima de una emboscada. Sus amigos lucharon con bravura, pero la fuerza de los atacantes era superior.
Él, gravemente herido, logró proteger a sus amigos, pero a costa de su propia vida.
La noticia de su muerte devastó a sus amigos y a ella, quien finalmente descubrió la verdad sobre su fortuna. Abrumada por el dolor y la culpa, se dedicó a honrar su memoria y a proteger el legado de su compañeto.
Con el paso del tiempo, el dolor se transformó en una profunda admiración. Ella decidió utilizar su fortuna para ayudar a los demás, siguiendo el ejemplo de su amigo.
Su bondad y generosidad inspiraron a muchos, quienes la recordaron como la guardiana del legado de un héroe.
M. D. Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario