sábado, 10 de agosto de 2024

Amor odio

Su verdadera personalidad aún no había surgido, pero ya daba destellos de su carácter.

En vez de apacible y tranquila, ya mostraba los primeros signos de mal genio y tenía que atajarlos de raíz si quería evitar sufrir las consecuencias.

El tratamiento era muy simple y sencillo: amor, amor y más amor.

Ante el inicio de un ataque de rabia, se debía abrazar con ternura y más cariño, solo así lograba detener sus ramalazos de locura..

M. D. Alvarez 

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