sábado, 31 de agosto de 2024

Lucas, nuestro gato escapista.

Qué hace ahí fuera Luca, arañando la ventana. Lucas es nuestro gato de la suerte, entre otras muchas cosas. Lo rescatamos de morir ahogado cuando algún desaprensivo lo arrojó junto a sus seis hermanitos al río.

Es un gatito precioso, mimoso, y nos trajo la alegría y la paz con sus juegos, saltos y cabriolas; nos hace reír.

Lo maravilloso de Lucas es que tenía la facultad de escabullirse de cualquier sitio, pero nunca nos mostró cómo se escabullía y aparecía, por mucho que lo espiáramos.

M. D. Alvarez


Ojos azules.

Eran tal para cual, con ellos dos habían roto los moldes, superado sus expectativas. Le tocaba a ella escoger cuál de los dos sería el genuino y original: el de ojos azules o el de los ojos castaños. 

Sus intensos ojos azules, como el océano, llamaban poderosamente su atención. Y se decidió por él, condenando a los ojos castaños a la destrucción total.

Nuestro protagonista fue creado para un único propósito: explorar los confines de los mundos lobregos, aterradores y oscuros.
 
Sería enviado a través de uno de los muchos portales que habían aparecido en nuestro mundo. Los portales eran fisuras en el cosmos que llevaban a otros mundos.

Sería el puente entre nuestro mundo y los pobladores de los mundos remotos; su naturaleza había sido cambiada genéticamente. Podía soportar todas las inclemencias de los nuevos mundos.

Él era único en su especie, ya que su gemelo de ojos castaños fue destruido y los laboratorios donde fue creado genéticamente fueron cerrados por el alto costo de aquel espécimen.

M. D. Alvarez 

viernes, 30 de agosto de 2024

La sorpresa.

Con una piruleta como único consuelo y alivio, salieron por la puerta desconchada de la enfermería con caras asustadas, pálidos como la muerte. 

Afortunadamente, afuera sus amorosas madres los esperaban, acogiéndolos en cálidos abrazos y colmándolos de besos. 

Les decían que habían sido muy valientes y no habían rechistado, ni pataleado al extirparles las amígdalas sin anestesia. Al llegar a casa, otra sorpresa los aguardaba: una tarrina de helado solo para ellos. 

El valor demostrado por aquellos chiquillos había sido gratamente recompensado.

M. D.  Alvarez 

El sacrificio filial.

En la oscuridad de la noche, la luna menguante apenas iluminaba la mansión abandonada. El viento aullaba a través de las grietas en las paredes, como un lamento ancestral. El joven aprendiz buscaba denodadamente un remedio para su madre.

Un día, encontró un antiguo grimorio en el desván. Sus páginas amarillentas prometían satisfacción eterna a cambio de un sacrificio. El joven no dudó. Siguió las instrucciones al pie de la letra: arrancó su propio corazón y lo depositó en un cáliz de plata. Se lo ofrecio a su anciana madre que bebio la poción resultante y sintió un éxtasis indescriptible.
 
La satisfacción fue indescriptible. Su cuerpo se volvió voluptuoso, rejuvenecido. La inmortalidad tenía un precio, y él lo había pagado; ahora vagaba como un espectro. 

La mansión susurraba su sacrificio, y el joven no lamentaba su elección; es más, su amada madre lo había librado de numerosos peligros. Era hora de devolverle el favor.

M. D. Álvarez 

Cuerpo de élite.

Un talento como el suyo no era habitual, su inteligencia era superior a la media. Nadie le igualaba ni superaba sus marcas. 

Solo podía haber un atleta como él. Los rivales a batir eran ya pocos. Él seguía entrenando en su tiempo libre. 

Mientras no entrenaba, era oficial de infantería; sus capacidades le ayudaban a efectuar misiones de alto riesgo y era el superior de un comando de tres miembros.

 Ella era su segundo al mando, iba donde él iba. En aquel momento se encontraban en una misión muy arriesgada: tenían que rescatar a unos soldados caídos al otro lado de las líneas enemigas. 

Dejó al francotirador en una zona alta para cubrirlos mientras avanzaban por la jungla hacia las chozas donde estaban los soldados desaparecidos. Una vez puestos a salvo, solicitó evacuación aérea. Tras evaluarlos, se dirigieron a recoger al francotirador y regresaron a la zodiac que tenían oculta en la playa. 

Fueron recogidos por el submarino USS 58, que los trajo de nuevo a la base, donde siguió entrenándose para seguir evolucionando y marcando nuevos récords.

M. D.  Alvarez 

jueves, 29 de agosto de 2024

La fachada.

Tras aquella fachada de hombre duro y pendenciero, no había nada más que su carácter irascible e inquieto.

Ese mismo carácter fue el que lo obligó a romper los lazos sociales con el exterior, pero aún conservaba su corazoncito latiendo con más fuerza de lo que él hubiera deseado.

Sus sentimientos hacia sus amigos eran fuertes y nobles, lo que lo llevó a no romper sus relaciones con ellos.

Siempre que lo necesitaban, acudía en su ayuda. Su fachada de irascible e inquietante era para aquellos que no lo conocían; para su círculo de amigos, era su baluarte. Acudían a él cuando tenían algún problema.

Se había retirado de la sociedad por su salud. Su sangre estaba tremendamente alterada por la radiación a la que fue sometido. 

Su cuerpo había evolucionado de forma extraordinaria, pero ni sus amigos conocían los problemas de salud de su compañero..

Bueno, ninguno no, ella conocía su dolor y iba siempre que podía a visitarlo. Sabía que la mera compañía le aliviaba. ¿Lo quería? Por supuesto, pero su evolución era inestable y no se podía atar a él. Aunque lo amaba por encima de todo.

M. D. Álvarez

Amor efímero.

La tetera silbaba con fuerza. No se había dado cuenta de que la tenía al fuego. La cogió con la mano desnuda y se quemó, pero no dejó ver que le dolía. Ella había ido a contarle su pesar y él la escuchaba. 

Le sirvió un té de jazmín con un azucarillo, sabía sus gustos y lo que pasaba por su mente. Tardó diez minutos en confesarle lo que sentía por él, pero no podían estar juntos en esta vida. 

Él también le confesó su amor, sabía que no podría durar mucho. Él se moría y no podía soportar todo el dolor que sufriría ella con su desaparición. 

Ella bebió de la tacita que le había servido él y vio la quemadura en su mano. Se la cogió con ternura y le besó la abrasión. Aquella sería la última noche que pasarían juntos. A la mañana siguiente, él yacía muerto a su lado.

M. D. Álvarez 

miércoles, 28 de agosto de 2024

Etéreos e ingrávidos.

Flotaba etéreo e ingrávido, suspendido en el espacio, el último de su especie. Solo alguien lo suficientemente fuerte podría enfrentarse a él. Pero permanecía en reposo, asistido por la tecnología ancestral, hasta que las fuerzas del mal amenazaran el diminuto planeta azul.

Sus compañeros, guerreros valientes, habían caído uno tras otro ante un espécimen desconocido. Sus cuerpos yacían esparcidos a sus pies, víctimas de una criatura sin piedad. Aún faltaban unas horas para que el campeón despertara, y ella estaba allí, a su lado. La mujer cuyos ojos lo reconocerían en cuanto abriera los suyos. Haría cualquier cosa por ella, incluso enfrentarse a los demonios del infierno.

La reanimación llegó, y el campeón volvió a la vida. Su velocidad era endiablada, su fuerza física sobrenatural. Podía modular su cuerpo, adaptarse a cualquier situación. La criatura que había masacrado a sus compañeros no era rival para él. La lucha fue breve y brutal. La criatura intentó huir, pero el campeón la atrapó. Ahora yacía junto a los caídos, víctima de su verdugo.

Miró a la mujer que había esperado por él. Sus ojos se encontraron, y ella sonrió. Juntos protegerían el planeta azul y honrarían la memoria de los caídos. Porque él no era solo un guerrero, sino también un guardián de la esperanza.

M. D.  Alvarez 


Hombre jaguar.

Aquella aterradora bestia era un híbrido entre hombre y jaguar. Su naturaleza indómita le hacía especialmente esquivo, salvo aquella vez en plena jungla cuando vio a aquella preciosa joven luchando a machetazos con la vegetación para abrirse camino en la espesura. La observaba desde las ramas de los árboles, mientras ella seguía avanzando poco a poco hasta el corazón de la jungla.

Cuando estaba a punto de llegar a un claro, oyó un leve crujir y se giró. Entonces lo vio allí, frente a ella, con aquellos ojos azules y su piel moteada. No gritó; es más, no tuvo miedo. Se acercó a él, que para sorpresa de ella, retrocedió de un salto y se encaramó a una de las ramas.

-No tengas miedo, no te voy a hacer daño, dijo ella con una leve sonrisa.

Él permaneció inmóvil en lo alto, pero parecía estar interesado en ella por cómo la miraba.

--Bueno, si prefieres quedarte ahí, yo seguiré avanzando -dijo blandiendo el machete contra la vegetación. 

Descendió de la rama de un salto, pero no hizo ningún ruido al pisar la floresta. Se acercó a ella y olfateó su cabello; aquel olor le traía vagos recuerdos.

-No tan cerca, dijo ella sorprendida de su velocidad.

Él seguía oliendo su pelo. Aprovechó la ocasión para inyectarle un potente somnífero que lo dejó K.O. al momento; solo le dio tiempo a retroceder tres pasos. Cuando se despertó, se encontraba metido en una jaula de acero reforzado.

-Siento la incomodidad, llevaba mucho tiempo buscándote, dijo ella visiblemente contenta. Al fin has caído en mi trampa.

Sus ojos parecían no estar sorprendidos; la miraban con atención y compasión. ¿Se había dejado capturar?, se preguntaba ella. ¿Por qué había sido tan fácil? Un ejemplar como aquel era terriblemente esquivo; era inaudito, pero lo tenía enjaulado.

El vuelo llegó a su destino con la preciada carga. Lo trasladaron en un camión hasta los laboratorios donde estudiarían su genética. Nada más llegar, percibió el olor de su especie, pero también percibió el olor del miedo. Su pareja había sido atrapada en una emboscada e iba a rescatarla.

-¡Sé buen chico y déjate poner este collar!, dijo ella acercándose con el collar en la mano.

Él saltó sobre ella y le arrebató el collar. No pensaba que él pudiera ser peligroso. Se desmayó y cuando despertó, estaba enjaulada y con el collar en su cuello.

Él abandonó la sala, olisqueó el aire y la localizó. Su velocidad era endiablada. La encontró encerrada en una celda. No le costó mucho derribar la puerta y romper las cadenas que la mantenían sujeta. Cuando lo vio aparecer, se sintió segura y a salvo.

La sacó de allí en volandas, aunque no podrían volver a su jungla. Olfateó el aire y localizó un gran bosque donde la llevó con mimo y atención. Su compañera lo miraba con ternura mientras la llevaba. Él sabía que estaba débil y que estaba embarazada. Los dos se internaron en la espesura del bosque para no ser vistos jamás...

M. D.  Álvarez 

martes, 27 de agosto de 2024

Siempre hay luz en la oscuridad .

Tétrico, oscuro, sombrío y asfixiante, así era su reino lleno de criaturas fantásticas y él era su rey, que junto a su reina cuidaban de su pueblo.

Él era de naturaleza salvaje e indómita. Ella era de naturaleza dulce y amable.

Los dos se compenetraban y eran afines. El tejido de su amor había sido hilado con hebras de pasión, cariño y adoración.

Él defendía su reino y ella impartía justicia. Ellos dos eran la luz en la oscuridad.

M. D. Alvarez

lunes, 26 de agosto de 2024

Última defensa.

Aquella casa era su refugio de invierno, allí guardaba todo un arsenal listo para comenzar una guerra.

Él era la última defensa de su mundo caótico, sombrío y oscuro. Frente a un universo frío y aún más tenebroso que el suyo. Él mismo era la mejor arma, su destreza en todo tipo de artes de guerra le hacía el candidato idóneo para la defensa de su universo.

Se preparaba una ofensiva para invadir su mundo, pero él no se lo iba a poner nada fácil. Lucharía hasta la extenuación, para proteger a su mundo y sus habitantes.

M. D. Alvarez

La Spartam.

Era su momento estelar, su máxima velocidad en su bicicleta Spartan era inigualable. Tenía el récord mundial de 350 km/h; aquellos ladrones no lograrían escapar. 

Se lanzó en su persecución a tal velocidad que derribó a los ladrones, lanzándolos por los aires al derrapar. 

Menos mal que no había utilizado su potencia máxima, porque de lo contrario los habría estampado contra el edificio de siete plantas. 

Le devolvió el bolso a la dulce anciana, que se había quedado boquiabierta al ver a aquel joven lanzarse a tal velocidad en aquella Spartan de última generación.. 

M. D. Álvarez 

En el claro del bosque.

El atardecer se desvanecía tras las colinas, tiñendo el cielo de tonos rojizos y dorados. En el corazón del bosque, donde la luz apenas penetraba, se encontraba un claro cubierto de césped alto y oscuro. Los lugareños lo llamaban "El Césped Tenebroso".

Cuenta la leyenda que una criatura acechaba en ese lugar. Una criatura que no pertenecía a este mundo. Se decía que tenía ojos brillantes como brasas y garras afiladas como cuchillas. Nadie sabía qué era exactamente, pero todos coincidían en que era maligna.

Un día, un joven aventurero decidió desafiar el miedo y descubrir la verdad detrás de la leyenda. Armado con una espada y una antorcha, se adentró en el Césped Tenebroso. El viento soplaba entre los árboles, susurros inquietantes que parecían advertirle.

El césped crujía bajo sus botas mientras avanzaba. La oscuridad se cerraba a su alrededor, y las sombras parecían cobrar vida. Él sintió que algo lo observaba desde la maleza. Su corazón latía con fuerza, pero no se detuvo.

Finalmente, llegó al centro del claro. Allí, entre las hierbas altas, vio los ojos brillantes de la criatura. Eran como dos luciérnagas rojas en la noche. La criatura emergió lentamente: un ser alto y delgado, con piel escamosa y alas membranosas.

—¿Quién eres? —preguntó Erik, tratando de mantener la calma.

La criatura sonrió, revelando dientes puntiagudos.

—Soy el guardián del Césped Tenebroso —dijo con una voz que resonaba en el aire—. Protejo este lugar de los intrusos.

—¿Por qué? ¿Qué hay aquí?

—Un portal —respondió la criatura—. Un portal a otros mundos. Aquí convergen realidades, y yo soy su guardián. Pero tú no deberías estar aquí.

Él recordó las historias de personas que habían desaparecido en el Césped Tenebroso. ¿Habían cruzado el portal sin saberlo?

—¿Puedo volver? —preguntó Erik.

La criatura negó con la cabeza.

—Una vez que entras, no hay vuelta atrás. Pero puedo ofrecerte un trato. Si me das algo de tu mundo, te permitiré regresar.

Nuestro aventurero  pensó en su hogar, en su familia. ¿Qué podría ofrecer?

—Acepto —dijo al fin.

La criatura extendió una garra hacia él. El joven  sacó un mechón de su cabello y lo entregó. La criatura sonrió y desapareció en las sombras.

Él se encontró de nuevo en el claro, pero algo había cambiado. El césped ahora brillaba con una luz tenue, y el viento traía ecos de otros lugares. Había cruzado el portal.

Desde entonces, el joven viaja entre mundos, explorando realidades desconocidas, mundos olvidados. Pero siempre regresa al Césped Tenebroso al atardecer, donde la criatura lo espera, hambrienta de historias y secretos.

M. D. Álvarez 


domingo, 25 de agosto de 2024

La discoteca, Averno.

Se oye un rítmico puf puf de fantasmas paridos, expulsados del averno más oscuro que era la discoteca de moda. 

Se dirigen en fila india sin emitir sonido alguno, salvo el repiqueteo de sus pies pustulantes al pisar el fango cenagoso del inframundo. 

Van al encuentro de sus seres queridos, que al verlos llegar, se encierran en sus casas. Los más afortunados marcan sus puertas con sangre de un cordero, pero los demás no pueden evitar que se lleven a todos sus primogénitos al son del puf puf.

M.  D. Alvarez 

El furor de Ares.

Ares era el dios de la guerra, pendenciero y peleón, siempre preparado para la batalla. No le sentó nada bien que su padre, el omnipotente Zeus, le negara la intervención en una de las más grandes batallas, la gigantomaquia, sobre todo porque siempre iba en contra de su padre.

Se quedó rumiando, cabreado y enojado contra todos, tanto su padre como contra sus hermanos. Solo su madre, la diosa Hera, conocía su carácter vengativo.

Ella lo calmó y le aseguró que pronto tendría su justa venganza. Llegado el día, Ares fabricó un hacha monstruosa que utilizaría contra todo aquel que tratara de privarle de entablar combate contra su padre.

Lo que ocurrió a continuación no está escrito en los anales del tiempo, porque aún hoy en día siguen peleando denodadamente.

En noches de tormentas se oye el entrechocar de sus armas y la batalla entre los dos no tiene fin. Las heridas infligidas entre ambos se sanaban instantáneamente al ser dioses, son inmortales.

M. D. Álvarez

sábado, 24 de agosto de 2024

Un sol nuevo

Si el poder radicaba en su fortaleza para llevar a cabo el mayor sacrificio, lo haría con alegría y amor. 

No se ofrecían sacrificios de ese tipo tan a la ligera. Esta sería la tercera vez que se exigía sacrificar a alguien diferente a todos los demás, y lo singular de ella era que se ofreció voluntaria para perecer y renovar al astro rey que había comenzado su declive. 

Su sacrificio sirvió para darnos un nuevo sol mucho más vigoroso y luminoso. No os inquietéis si sois diferentes, porque en la diferencia está el poder. Y el sol que ella nos dio será perpetuo.

M  D. Alvarez.

viernes, 23 de agosto de 2024

Negativo y positivo.

Desbordado de negativos defectuosos, se agobiaba por no encontrar una muestra de negativo apto.

Lo necesitaba para su único amor; su negativo debía ser inquebrantable e indestructible. Su amor era puro y sublime.

Su muestra de sangre nunca debió ser defectuosa. Eran el uno para el otro. Por fin encontró su muestra... ya no habría quien los separase. 

Los polos opuestos tienden a juntarse y ellos estaban predestinados a encontrarse. En un mar de negativos defectuosos. Como polos opuestos, nada los puede separar. 

Ni la muerte podrá con su amor. Si uno muere, el otro le seguirá en su viaje.

M. D. Alvarez 

miércoles, 21 de agosto de 2024

El ocaso de los dioses.

Hasta chocar con la pila de maderos que serviría para la pira funeraria de Balder.

Por primera vez sintió miedo. Si se enteran, de que él había sido el causante de la muerte de su hermano, la ira de los dioses recaería sobre él como el más destructor de los abismos.

No le quedaba otro remedio, así que culpó a su otro hermano de haber orquestado la muerte del dios más querido.

El pobre Loki cargó con la culpa; sin embargo, se tomó su venganza desencadenando el Ragnarok, el juicio final de los dioses.

M. D. Alvarez

martes, 20 de agosto de 2024

La glándula parasimpatica.

Ya me lo podrían haber dicho antes de meter la pata.

Si he de deciros la verdad, me resulta verdaderamente embarazoso tener que explicarle a aquel muchacho los motivos por los que me ponía a sudar como una loca.

No me lo pensé dos veces. Fui al médico para solucionar mi problema de sudoración excesiva. Me recomendaron extirpar una glándula parasimpática, pero no me advirtieron sobre los efectos secundarios. Resulta que puedes engordar hasta 50 kilos y empezar a sudar en otros lugares.

Después, no se hacen responsables de nada y mucho menos se disculpan.

M. D. Alvarez 

lunes, 19 de agosto de 2024

El rapto.

Su instinto seguía en alerta. Algo no iba bien en su casa: no había luz y ella ya debería estar esperándole.

Tras cuatro horas de duro entrenamiento, estaba casi agotado, pero sabía que algo iba mal.

La puerta estaba entreabierta, pero no había nadie en casa, ni signos de lucha ni de haber forzado la puerta.

Encontró una nota sobre la mesa: la habían secuestrado y pedían un rescate. Estaba dispuesto a pagar lo que fuera, ella era su timón, su brújula, era lo que le mantenía cuerdo.

Llevó el rescate al lugar fijado y esperó la llegada de los secuestradores. Ella estaba ilesa y eso lo tranquilizó. Pagarían un alto precio por su rapto.

Puso un localizador en la bolsa y una vez ella estuvo a salvo, fue a ajustarles las cuentas a los captores. No dejó a nadie vivo.

M. D.  Alvarez

domingo, 18 de agosto de 2024

La noche de Walpurgis.

Nos encontrábamos en la tan temida Noche de Walpurgis, donde lo oculto se hace visible y tangible. Solos en aquel caserón medio derruido y perdido en la estepa. 

No estábamos preparados para lo que iba a ocurrir allí. A las tres de la madrugada comenzaron a ocurrir cosas extrañas e inexplicables. 

Empezaron a oírse ruidos atronadores seguidos de alaridos salvajes, pero insistimos en pasar allí la noche. Después de los alaridos se comenzaron a oír unas pisadas colosales que se detuvieron frente a la puerta del dormitorio y aún así persistimos en quedarnos en aquel viejo caserón.

Cuando nos despertamos, creímos que todo había sido un sueño, pero de eso nada. La puerta se abrió de un golpe y apareció la bestia demoníaca más espeluznante que habíamos visto jamás. 

Ya nunca más abandonamos aquel inquietante caserón. Todo por pasar la noche de Walpurgis más aterradora de toda nuestra vida.

M. D. Alvarez

sábado, 17 de agosto de 2024

Aurora boteal

Aquellas luces en el cielo nocturno le recordaban a su esposa. Desapareció una noche como aquella con las mismas luces.

Le gustaba observar los fenómenos extraños. Ahora los buscaba con verdadera devoción para descubrir qué le había pasado a su esposa.

Según cuenta la leyenda, aquellas luces eran los flecos del traje de la diosa Aurora que portaba los primeros rayos de sol. Así era su amada esposa.

Ella era la única que lo mantenía estable y cuerdo. Así que perseguía los primeros rayos solares en busca de su esposa. Algún día lograría encontrar a su dulce amada.

M. D Alvarez 

viernes, 16 de agosto de 2024

El fideicomiso. (2da parte)

Las misiones se sucedían sin descanso, poniendo a prueba la lealtad y el valor de nuedtro protagonista  y sus camaradas. Su reputación crecía con cada operación exitosa, atrayendo la atención de aquellos que codiciaban su fortuna y su poder.

Un día, mientras regresaban de una misión particularmente peligrosa, Alejandro fue víctima de una emboscada. Sus amigos lucharon con bravura, pero la fuerza de los atacantes era superior.

Él, gravemente herido, logró proteger a sus amigos, pero a costa de su propia vida.
La noticia de su muerte devastó a sus amigos y a ella, quien finalmente descubrió la verdad sobre su fortuna. Abrumada por el dolor y la culpa, se dedicó a honrar su memoria y a proteger el legado de su compañeto.

Con el paso del tiempo, el dolor se transformó en una profunda admiración. Ella decidió utilizar su fortuna para ayudar a los demás, siguiendo el ejemplo de su amigo.

Su bondad y generosidad inspiraron a muchos, quienes la recordaron como la guardiana del legado de un héroe.

M. D. Álvarez 

Defectos y virtudes

Su mayor defecto era a la vez su mayor virtud. Era una persona sincera y sin dobleces. 

Los amigos lo querían tal y como era, sabían que si tenía que decirte la verdad, te la decía sin tapujos. 

Era un auténtico amigo y se entregaba con el corazón abierto, sin límites.

De ahí su defecto, ya que algunos falsos amigos se habían aprovechado de él, pero no aprendía de sus errores, porque seguía considerándolos sus amigos.

M. D. Alvarez 

jueves, 15 de agosto de 2024

La congregación de las meriendas.

En la congregación donde se reunía con sus amigas, celebraban sus meriendas una vez al mes y discutían sobre lo divino y lo humano.

Las tardes eran épicas; las conversaciones se volvían acaloradas mientras debatían cómo arreglar el mundo. Sin embargo, al final, siempre se despedían con una gran sonrisa.

El padre, aunque a veces un poco molesto, la chinchaba, sabía que lo hacía por su bien. Quería que ella tomara las riendas de su vida y avanzara como uno más en esa congregación de seres especiales.

M. D. Alvarez 

miércoles, 14 de agosto de 2024

El pasillo..

En el último viaje, obtuvo su mejor trofeo: una de las cabezas de la mitológica hidra. Le costó sangre y sudor poder cortar la única cabeza que no se reproducía, sin que las otras dos se debatieran por morderle.

Las paredes de aquel cada vez más largo pasillo estaban llenas de recuerdos traídos en sus largos viajes, en busca de las peores criaturas. 

Las cazaba por amor a su hermana, ella fue devorada por la peor de todas las alimañas, la quimera. Iría dando caza a todas las bestias que se fuera encontrando por el camino.

La siguiente bestia en decorar su pasillo sería el león de Nemea. Se ocuparía de él en cuanto se recuperara de sus heridas.

Él era el cazador de las sombras, el único que tenía permiso de caza de las más fieras, feroces y sanguinarias bestias mitológicas del universo.

M. D. Alvarez

martes, 13 de agosto de 2024

Abismo.

En las profundidades de la tierra se encuentra una sima que lleva directamente al lugar más aterrador y nauseabundo de todos: el infierno, o como prefiráis llamarlo.

Él se encaminaba a su destino fatal. Se asomaría a su propio infierno donde su tortura sería eterna, pero no vendería fácil su captura. Sus ansias de vivir eran intensas y férreas. 

Lucharía por salir de allí con toda su alma; eran inquebrantables. Así que cuando se asomó a su abismo, el mismo abismo le vio a él, sus ganas de vivir inmensas, y su batalla fue salvaje e iracunda.

Su determinación le llevó a superar sus propios límites y vencer al abismo insondable, logrando salir de la sima y reunirse de nuevo con el mundo.

M. D.  Alvarez

lunes, 12 de agosto de 2024

Titaniomaquia.

¿Qué habría sido de nosotros si los titanes lograran tomar el Olimpo? Muy fácil, nos habrían aniquilado por completo. Aunque cabe la posibilidad de que perdonaran la vida a la gran mayoría, pero con aviesas intenciones. Les servirían de alimento. Por suerte para nosotros, no todos los titanes se unieron a la batalla. ¡Qué si no, la llevábamos clara!

Zeus utilizó todos sus rayos fulminando a los cabecillas de la conjura, su protegido Heracles encerró en el tártaro a la gran mayoría. El resto fue masacrado o encadenado por los demás olímpicos.

Esta batalla recibió el nombre de Titaniomaquia y fue narrada por varios autores de la antigüedad.

El lider de los titanes, Cronos, dueño del tiempo, que había sido desterrado por su hijo menor, no sabía lo que le esperaba. Si lo hubiera sabido, no se habrían lanzado a lo loco contra Zeus, el hijo menor de Gea y Cronos y padre de los dioses olímpicos.

M. D. Alvarez

domingo, 11 de agosto de 2024

Nombre y alias.

Mi verdadero nombre es María Dolores, pero también respondo a mi alias por el que soy más conocida en los foros de Sedice: Mandy, aunque siempre acaban bautizándome con los más diversos nombres. 

Los que me conocen bien saben que no me molesta en absoluto que me rebauticen. Eso sí, me guardo muy mucho el responder a ellos. De momento respondo a mi nombre y a mi alias.

M. D. Álvarez 

sábado, 10 de agosto de 2024

Amor odio

Su verdadera personalidad aún no había surgido, pero ya daba destellos de su carácter.

En vez de apacible y tranquila, ya mostraba los primeros signos de mal genio y tenía que atajarlos de raíz si quería evitar sufrir las consecuencias.

El tratamiento era muy simple y sencillo: amor, amor y más amor.

Ante el inicio de un ataque de rabia, se debía abrazar con ternura y más cariño, solo así lograba detener sus ramalazos de locura..

M. D. Alvarez 

viernes, 9 de agosto de 2024

Noche de Walpurgis.

Nos encontrábamos en la tan temida Noche de Walpurgis, donde lo oculto se hace visible y tangible. Solos en aquel caserón medio derruido y perdido en la estepa. 

No estábamos preparados para lo que iba a ocurrir allí. A las tres de la madrugada comenzaron a ocurrir cosas extrañas e inexplicables. 

Empezaron a oírse ruidos atronadores seguidos de alaridos salvajes, pero insistimos en pasar allí la noche. Después de los alaridos se comenzaron a oír unas pisadas colosales que se detuvieron frente a la puerta del dormitorio y aún así persistimos en quedarnos en aquel viejo caserón.

Cuando nos despertamos, creímos que todo había sido un sueño, pero de eso nada. La puerta se abrió de un golpe y apareció la bestia demoníaca más espeluznante que habíamos visto jamás. 

Ya nunca más abandonamos aquel inquietante caserón. Todo por pasar la noche de Walpurgis más aterradora de toda nuestra vida.

M. D.  Alvarez 

jueves, 8 de agosto de 2024

Vacaciones en Tahití.

Ella lo observaba con incredulidad. Sabía que él nunca había sido tacaño, pero ¿aquél regalo le debió costar un riñón?
-¿De qué te sorprendes? Siempre me has gustado y he decidido tirar la casa por la ventana", dijo él viendo su cara de incredulidad.

-Y no se te ocurre nada mejor que regalarme unas vacaciones en Tahití.

Él sabía que ella estaba cansada y necesitaba unas largas vacaciones, y ¿dónde mejor que en las bellas playas de arenas blancas y aguas cristalinas?

Ella sabía que él la quería y deseaba complacerla, por eso accedió con una condición: que él la acompañara.

M. D. Alvarez 

miércoles, 7 de agosto de 2024

Galgo contra liebre.

Él no tenía la culpa de que la liebre se hubiera escapado. Era tan solo un galgo de pelo atigrado y su velocidad media era impresionante. 

Era capaz de alcanzar los 80 km/h, pero aquella liebre era mucho más veloz. ¿Cómo iba a saber que tras aquel pelaje de liebre había un droide capaz de alcanzar la velocidad de 90 km/h? 

Por eso se sorprendió cuando su dueño lo felicitó. ¡Había ganado la carrera!

M. D. Alvarez 

martes, 6 de agosto de 2024

Amor no correspondido.

Creen que es alegría, pero es amor. Un amor tan abrasador que me produce una urticaria tan fuerte que me deja invalidado en la cama.

La quería con locura, pero no podía controlar mis impulsos; cada vez que la veía, me entraban unos sudores y me ponía rojo como un tomate. 

No podía seguir así y mucho menos sin decírselo. Aproveché un descanso para abordarla en la cafetería. 

Lo que no llego a recordar es si logré decirle algo, porque lo único que recuerdo fue la bofetada sonora y su cara de incredulidad.

M. D.  Alvarez 

lunes, 5 de agosto de 2024

Rosa

¿Qué tendrá el rosa que despierta tantas pasiones? Estoy in love con este color, me gusta por su calidad y suavidad. Adoro lo bien que me sienta el suéter que me ha regalado mi novia, a la que daré todo mi cariño cuando vuelva de currar. 

Somos una comunidad muy bien avenida. Hemos heredado un mundo donde las diferencias son bien acogidas. Aunque siempre habrá algún retrógrado que se meta con nosotras y nuestro grupo de amigos. 

Lo bueno de ello, es que nos hemos hecho más fuertes y no nos importa lo que piensen de nosotras.

M. D. Álvarez

domingo, 4 de agosto de 2024

Rudo, tosco y amable.

Tenía el corazón tan grande que no le cabía en el pecho, pero nadie veía la ternura que guardaba. Todos veían a un ser tosco, rudo, pero no le miraban a los ojos.

Eran verdaderamente tiernos y de un azul turquesa bellísimo. Solo yo supe ver por qué lo había hecho.

Estaba harto de que lo despreciaran y temieran. Así que arriesgó su vida para salvar a aquella niñita de las garras de aquella fiera y aún así lo dejaron malherido y abandonado.

Yo fui la única que acudió en su ayuda, le curé sus heridas y me quedé con él. Sigue teniendo esos mismos ojos tiernos pero con algo más. ¡Quizás un poco de mala leche! En estos días que nos han tocado vivir, no se puede ser bueno; si lo eres, ponte un poquito de mala leche, no viene mal.

M D.  Alvarez 

sábado, 3 de agosto de 2024

Al final libre.

Tremendamente delgada, pero bien proporcionada, así se veía ella. Parecía tener un principio de anorexia.

Nadie se dio cuenta de cómo había pasado, y cuando la hallaron en estado de coma, ya era demasiado tarde para recuperarla.

Lo había logrado, era libre para dejar volar su mente hacia un tiempo que había abandonado su cuerpo, que permanecía esquelético, para poder viajar al universo onírico más bello y no volver jamás.

M. D. Alvarez 

viernes, 2 de agosto de 2024

Todos los caminos del mundo.

Sus suelas habían recorrido todos los caminos polvorientos y no podía dar un paso más. Tenía que parar sus doloridos pies.

Llevaba a cuestas la friolera de 100,000 km recorriendo todos y cada uno de los caminos, por muy aislados que se hallaran.

Ahora le tocaba descansar y cargar las pilas en el único lugar donde se encontraba verdaderamente a gusto, en una encrucijada,  donde se encontraban cuatro caminos, 

Cuando se decidiera por cuál ir, sería el momento de cambiar las suelas y partir.

M. D. Álvarez
M. D. Alvarez

jueves, 1 de agosto de 2024

El arma definitiva.

De allí nadie volvía, o si volvía, lo hacía verdaderamente cambiado, pero no para bien.

Los ingresados en aquel hospital de campaña eran como conejillos de indias, experimentaban en sus cuerpos de formas inimaginables. Buscaban el arma perfecta que logrará destruir batallones enteros.

Los transformaban en monstruosos lobos sanguinarios, bestias mitológicas como equizna, basilisco y quimeras.

No sé qué pasó en aquel hospital, pero alguno de aquellos especímenes logró huir aniquilando toda la guarnición, a todos los médicos y criaturas varias, sin dejar ninguno vivo.

Todas las noches, sus aullidos resonaban en mi cabeza.

M. D. Alvarez