sábado, 29 de noviembre de 2025

La fusión de dos naturalezas.

Frente a él se encontraba un bastión nunca conquistado por ninguna criatura humana, pero él tenía dos naturalezas en sí. Contaba con el ingenio humano y la fortaleza de su tótem animal. 

En ulteriores enfrentamientos, siempre había mantenido sus dos naturalezas separadas, pero esta batalla debía unificarlas, fusionadas en una nueva especie de criatura, una a la que no pudieran detener unos muros de cinco metros de grosor. 

Se concentró y comenzó a fusionarse con su animal interior. Cuando hubo concluido su transformación, sintió que por sus venas corría algo más que sangre; era una mezcla de adrenalina y salvajismo imparable. 

Cruzó la gran sierra en tan solo quince minutos, planteándose frente a aquel bastión. Los arqueros en las almenas quedaron estupefactos con la apariencia de aquel solitario guerrero; al verlo, solo se rieron de él. 

Mal hecho, su furia se desató y comenzó a lanzar cascotes de gran tamaño hacia los puestos de los arqueros, que se vieron superados por tal alarde de superioridad. Los que lograron tensar y disparar sus arcos vieron con estupor cómo sus flechas rebotaban en el cuerpo de tan fuerte contrincante.

Continuará...

M. D. Álvarez 

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