Le ofrecería un banquete antes de insinuarse. Sabía cómo incitarle y llevarlo a la cama. Se sentía deseada y lo complacería hasta un profundo clímax de satisfacción y éxtasis.
Llevaba mucho tiempo pensando en él. Sabía cuánto había sacrificado por su trabajo, era muy arriesgado y fue herido en un altercado donde se encontraba ella.
Siempre la defendía, aún a costa de su propia seguridad, pero le compensaría y conseguiría decirle que lo quería de mil formas diferentes.
M. D. Álvarez
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