sábado, 5 de octubre de 2024

La boca del averno.

El terror más puro había anidado en su pequeño corazón. Había perdido a su hermanita, un año menor que él, la había soltado de la mano en aquella aglomeración y la perdió de vista en dirección a la boca del metro. 

Se dirigió hacia allí y descendió las escaleras que le llevarían a un mundo oscuro lleno de criaturas tenues, oscuras y etéreas. Buscó con ahínco pero no la encontró, así que se adentró aún más en la madriguera del averno. 

Su descenso lo fue sumiendo en las tinieblas, pero él persistía en encontrar a su hermana, tal era su amor por ella que no le importó que las tinieblas invadieran su corazón. 

Cuando llegó a lo más profundo de aquella sima, la halló profundamente dormida. Se sintió inmensamente feliz, la cogió en brazos y comenzó su arduo ascenso desde las profundidades. Cuando llegaron arriba, los dos estaban cambiados, eran casi adultos. 

Ella lo observaba con cariño, pues había arriesgado su alma por ir a buscarla; siempre la buscaría, tal era su devoción por ella, su hermana pequeña.. 

M.D. Álvarez

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