martes, 1 de octubre de 2024

Angelitos o diablillos.

Había una vez una congregación que prometió devolver a los diablillos como ángeles. Al principio, los pequeños demonios se transformaron. Sus risueños ojos brillaban con inocencia, y sus risas se asemejaban a campanillas celestiales. Los premios que recibían por sus buenos actos los mantenían en línea.

Pero, ¿qué sucedería cuando los premios desaparecieran? ¿Volverían a su naturaleza original?

Mi opinión es que sí. Los diablillos, privados de recompensas, regresarían a sus travesuras sanguinarias. Sus alas se mancharían de tinta y sus sonrisas se torcerían en malévolas muecas. 

Porque, al final del día, la verdadera esencia de un diablillo no se puede ocultar con premios ni promesas.

M. D. Álvarez 


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