Y no intentes escabullirte, que no te servirá de nada. Porque lo sé todo y no tienes dónde esconderte. - dijo la madre después de descubrir el estropicio que había cometido. Será mejor que salgas, o lo vas a lamentar.
Salí de mi escondrijo con la cabeza gacha y acepté el castigo, que no fue tan duro. Porque al fin y al cabo soy un buen chico.
M. D. Alvarez
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