Había surgido de tiempos anteriores a la creación, pero a pesar de su antigüedad era joven e inexperto.
Aquel cuerpo era incómodo, pero serviría para realizar la tarea que le encomendaron los hados. Debía hallar a su alma gemela y llevarla con él a su mundo lleno de oscuridad.
Ella sería su luz y lo invadiría todo, convirtiendo su mundo lúgubre en un mundo brillante.
Los dioses del amanecer luminoso le dijeron que ella abriría el portal hacia su majestuoso futuro. Él la encontró tras recorrer eones y eones en un diminuto mundo azul.
La descubrió por la poderosa luz que emanaba de ella. Su cuerpo cambió para ajustarse a ella. La observó desde las sombras antes de decidirse a acercarse.
Ella intuyó que alguien la observaba desde la oscuridad de la noche, pero no tenía miedo, así que dejó la puerta abierta. Él, atónito, entró sin hacer ningún ruido y la vio dormir dulcemente.
Entonces se dio cuenta de que la quería y que jamás le haría daño. La besó cálidamente y se abrió el portal hacia su mundo estaba lleno de oscuridad. Aquella noche, en su mundo lleno de sombras, se amaron con pasión y comenzó a brillar de una forma inigualable, creando seres de luz. Su mundo comenzó a tener un fulgor espectacular. Ellos dos eran el principio y el fin de todo.
M. D. Alvarez
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