miércoles, 12 de junio de 2024

Premio.

Con una piruleta como único consuelo, lo esperó a la salida del recreo y le estampó un puñetazo en toda la nariz.

No tenía ni media leche, pero aún así se metió con su hermana pequeña. Y no se lo iba a permitir.

Siguió pegándole hasta que pidió perdón. No me lo digas a mí, sino a ella.

Se hizo el remolón, pero en cuanto vio que le iba a dar otro guantazo, le pidió mil perdones.

Después de pelearse con aquel matón , ella le dio su piruleta, un tierno abrazo y se fueron a jugar a los columpios.



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