martes, 4 de junio de 2024

El reloj de arena.

En aquel pequeño planeta azul, que había sido vedado a los exploradores interdimensionales, coexistían diversidad de criaturas creadas por el hado.

Su tiempo era efímero en la magnitud del universo que poblaban; su tiempo se medía en los granos de arena que iban cayendo por el reloj de arena.

Lo único que escapaba al tiempo que les quedaba para el final de su veda era la maravillosa historia de amor que se estaba llevando a cabo en aquel pequeño pero precioso mundo.

Aquella maravillosa pareja se encontraba sola ante el irremediable paso del tiempo. Pero se amaban desde el principio de los tiempos, desde el mismo momento en que aparecieron sobre el planeta azul; su amor fue dulce, apasionado, irrefrenable e indestructible.

Solo los dos podían parar el transcurrir del tiempo y proteger a los moradores de los exploradores y explotadores que esperaban ansiosos a que cayera el último grano de arena para saquear y destruir al planeta que ellos dos protegían.

M. D.  Alvarez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario