domingo, 23 de junio de 2024

Hadas, sirenas, gigantes y hombres.

Mi amor es una preciosa hada, a la que descubrí en el país de las sirenas donde campaban a sus anchas los más terribles gigantes.

Viajé a su mundo por uno de los muchos portales con los que está cuajado nuestro mundo. 

El problema es que los gigantes tienen un olfato exquisito y en cuanto me olió, vinieron a por mí. Menos mal que mi preciosa hada vino en mi ayuda y camufló mi olor. 

Quería llevármela conmigo, pero para ello debíamos transitar por el mar de las sirenas que, con aviesas intenciones, nos proporcionaron un velero. 

En mitad de la travesía se pusieron a entonar la más bella canción con sus melifluas voces. Gracias a que tenía a mi amada, no lograron tentarme.

Llegamos al otro lado del océano y allí apareció un gran vestíbulo que nos transportó a mi mundo.

M. D. Alvarez 

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