lunes, 10 de junio de 2024

Mar de la tranquilidad.

Le demostraría que la quería. Sobre la faz de la luna, trazó una frase con la esperanza de que ella la descubriera. La luna era su testigo silencioso.

A ella le gustaba observar la luna, especialmente el Mar de la Tranquilidad. Allí, en la quietud de la noche, él había escrito su declaración de amor. Las estrellas, cómplices, observaban su determinación.

Supo su respuesta en cuanto llegó; su mirada lo decía todo. Se querían y nada los separaría jamás. Sus nombres se hallarían ligados para la eternidad.

El día de su boda, unieron sus vidas rodeados de un centenar de amigos. Bajo el sol y el influjo de la luna, cómplice de su historia de amor, brillaba con un fulgor especial. Su amor se convertiría en una fantástica melodía.. 

M. D. Alvarez 

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