miércoles, 13 de marzo de 2024

Una reina.

Su pelo rojo al viento le daba un carácter impredecible. Ella era la única que lograría unificar las tribus de los norteños, pero su amor permanecía en su tienda durmiendo entre pieles de oso. Era una joven increíblemente hermosa y de pelo negro como el azabache.

Antes de unirse, tendría que acabar con las disputas de los pueblos del norte para poder estar con su compañera, a la que amaba con locura. Todo ello se debía a que los hombres norteños no deseaban una reina que no pudiera darles un heredero al estar unida sentimentalmente con otra mujer. Pero todavía no estaba todo decidido, su guardia personal la apoyaba hasta la muerte si era preciso. Ella decidió adoptar un huérfano y lo nombró sucesor. Eso pareció calmar a los jefecillos envidiosos.

Su fortaleza la recibía de todos aquellos que la amaban y sabían de su dilema al amar a una mujer.

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