lunes, 25 de marzo de 2024

La luchadora

Por su sensible apariencia, nadie habría apostado por ella. Salvo yo, su entrenador.

Me la entregaron cuando tenía cuatro años. Era deliciosamente delicada en apariencia, pero por dentro era de puro acero.

Bloqueó a mi mejor luchador con tan solo 10 años. A partir de ahí, no ha perdido ningún combate.

Se movía por el cuadrilátero con tal precisión y ligereza que no había recibido ningún golpe. Y así mantenía su cara de niña buena.

Ella era mi campeona, jamás vencida.

M. D. Alvarez.

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