¡Al Lucefer vas!", dijo con tono brusco el ángel oscuro.
-Pero, si es lo que quiero", terció su protegido.
-Todavía le quedaba un resquicio de luz en su corazón", sentenció el guardián de almas oscuras, y hasta que no tenga el alma más oscura que el azabache, no podrás entrar, dijo el guardián de las almas oscuras con cara de picos amigos.
-¡¿Qué más tengo que hacer?! He matado, robado, violado, mentido para poder entrar y ver a Lucifer. Y estos me dicen que no puedo por un brillito en mi alma oscura. Vamos hombre, lo que hay que oír. Habráse visto, estos mindundis se creen muy malotes y no tienen ni idea de mi crueldad.
M. D. Alvarez
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