jueves, 26 de septiembre de 2024

Fresca y lozana.

En aquella habitación se habían corrido muchas juergas, y ella lo sabía. Por eso, se puso sus mejores braguitas de encaje con ligeros rea. 

Era una noche muy especial para ella, sucumbiría a sus encantos. Su compañero, un fornido hombre lobo de un aspecto espectacular, se amaron apasionadamente y con entusiasmo. 

A la mañana siguiente, la habitación apareció destrozada y el hombre lobo permanecía exhausto en la cama, mientras ella estaba fresca y lozana para la siguiente juerga.

M. D. Álvarez

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