jueves, 26 de septiembre de 2024

Corazón.

La sensación de malestar le acompañaba desde que la dejó dormida en la cama, completamente feliz y satisfecha, mientras él seguía entrenando.

Seguía pensando en ella, deseaba estar en todo momento con ella, acariciando su pelo y colmándola de atenciones.

Recordaba lo que los médicos le habían dicho: si su corazón pasaba de las 180 pulsaciones por minuto, podría estallar.

Se debía a su chica, a quien complacía todas las noches. No le había comunicado los resultados para no preocuparla. Aunque intentaba controlar sus pulsaciones, estas se aceleraban cada vez que la veía.

Tenía que decirle la verdad, antes de que fuera tarde. Se lo diría en la cena.

M. D. Álvarez 

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