miércoles, 25 de septiembre de 2024

La mina de ópalo.

Aquella piedra de ópalo, vista bajo una luz infrarroja, brillaba con tal variedad de iridiscencia que en cuanto la vio, supo que había encontrado una de las gemas más extraordinarias y bellas de todas. 

Con un buen engarce, sería el colgante más hermoso y sería para ella, pues no había ninguna como ella. Lo amaba, aunque no tuviera dinero, pero tenía una propiedad de su familia en Australia donde cada vez que levantaba una piedra, encontraba ópalo. El no había tenido suerte, pero parece que su suerte iba a cambiar. Allí encontró aquel pedrusco que encerraba en su interior una gema maravillosa 

Con el corazón palpitante, metió la piedra en su mochila. Sabía que encontrar el engarce perfecto era tan importante como la gema en sí. Necesitaba algo que realzara su belleza sin eclipsarla, algo que la protegiera sin ocultarla. Pasaría días buscando el engarce ideal, recorriendo las joyerías de la ciudad y consultando con expertos.

No importaba el tiempo que tomara, no importaba el costo. Esa gema era única, y él la convertiría en el colgante más hermoso que jamás se hubiera visto.

M. D. Álvarez 

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