viernes, 12 de julio de 2024

Venus dolomites

En la excavación estaban ocurriendo cosas extrañas a raíz del último hallazgo del profesor Olivier Karzair. Había encontrado una talla en los estratos más antiguos de la cueva de la Aguja.

La talla era una representación de una Venus prehistórica, pero al igual que las otras Venus halladas en distintas excavaciones, esta era distinta no en sus formas orondas, era diferente a todas las halladas en el mundo, tanto en el material en que había sido tallada.

Era un material de tono rojizo que fue clasificado como granate; más tarde descubriríamos que su tonalidad rojiza era debido a que en la antigüedad había sido bañada en sangre de las presas cazadas.

Cuando el profesor Olivier sacó a la luz a la Venus dolomita, ocurrió un hecho inexplicable: todo quedó en silencio, no se oía ni el murmullo de un riachuelo que corría frente a la gruta, ni se escuchaban los trinos de los pajaritos, no se movía ni una hoja.

Todos nos habíamos quedado mirando fijamente. La talla era como si nos llamara, sus formas turgentes atraían nuestras miradas y apetitos más primarios.

Lo que ocurrió a continuación fue una vorágine de salvajismo y sangre que acabó en una masacre de todos los porteadores, arqueólogos y científicos que integraban la excavación.

Bueno, todos no quedé solo, yo bañado en la sangre de mis compañeros, llevé de vuelta la talla de la Venus a su cubículo de donde no debería haber salido. Mientras descendía a la gruta, la talla iba pidiéndome sangre y más sangre. Como comprenderéis, no me pude negar y cuando la deposité en su hornacina, la rocié con mi propia sangre.

"El culto a la antigua diosa Venus en la prehistoria desapareció cuando la primigenia talla de Venus fue ocultada de la vista de sus adoradores, pero quedó latente en el subconsciente humano. Hasta que sea expuesta de nuevo a los rayos solares que despertarán sus deseos de sangre"

M. D. Alvarez 

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