viernes, 12 de julio de 2024

La mujer dragón.

No escupía fuego por la boca, pero habría fulminado a quien se le acercara con malas intenciones. Su mirada despedía un hálito de rencor que podía fundir al más pintado.

Su cuerpo era de una dulce piel de melocotón y su boca, cual rubí de fuego.

Pero ellos no veían lo que yo sí podía ver. Un dulce corazón roto por todos aquellos que no la habían respetado.

Por eso, yo la traté con cortesía, amabilidad y cariño. Cuando gané su confianza, obtuve a mi mejor amiga y defensora. Ella cuidaría de mí como yo de ella.

M. D. Alvarez

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