miércoles, 10 de julio de 2024

Un soltero codiciado.

Se consideraba una persona decente e íntegra. Los demás no sabían por qué no tenía pareja; creían que era un picaflor, nada más lejos de la realidad, él era uno de los pocos hombres íntegros y caballerosos, y se sentía solo. Aquel día, en el bar, descubrió a una preciosa camarera que siempre le servía su martini con una encantadora sonrisa. 

- ¿A qué hora terminas? - preguntó él.

- A las 21 h, ¿por qué? 

- Me gustaría invitarte a cenar, si no te importa.

- Claro que acepto - dijo ella con una sonrisa dulce. - ¿Y a dónde me llevas?

- Al Delmonico's.

- Pero es un restaurante famoso. No tengo nada que ponerme.

- No te preocupes, puedes ponerte esto - dijo él sacando una bolsa donde llevaba un precioso vestido de color rojo del diseñador Yves Saint Laurent.

Ella se volvió loca al ver el vestido, el más espectacular que había visto en la vida. Le saltó al cuello y le besó; al final, ya no estaba solo.

M. D.  Alvarez 

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