jueves, 11 de julio de 2024

Cara de ángel.

Me llamaba la atención que no me hicieran caso. Era como si no estuviera allí. Todos se escabullían a mi alrededor como si yo estuviera apestada. Hasta que me di cuenta de por qué me rehuían.

Era la única que llevaba un guardaespaldas muy particular. Era como un armario ropero, pero con cara de ángel y un gran corazón.

La agencia me lo había enviado con todas las credenciales necesarias, su cara de ángel no intimidaba demasiado, no así su mirada que transmitía una fiereza inusitada que obligaba a apartarse de su camino por miedo a las represalias.

¡Es el mejor guardaespaldas que he tenido!

M. D. Alvarez 

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