sábado, 18 de octubre de 2025

Momento de debilidad.

Llevaban horas encerrados en aquel despacho. Lo iban a degradar y puede que a expulsar. Ni siquiera protestó; aceptó la sanción y se fue.

Sus camaradas no pudieron apoyarlo, por mucho que insistieron en hablar en su favor. Él se retiró del servicio activo; no quería perjudicar su carrera.

Ella no comprendió por qué lo habían degradado y expulsado por algo que habían cometido los dos.

Los dos sentían una atracción mutua y, en un momento de debilidad, consumaron su amor.

Según las malas lenguas, había habido un chivato que lo había denunciado por actos deshonestos.

M. D. Álvarez 

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