lunes, 6 de octubre de 2025

El don del amor.

Era hora de levantarse, pero ella lo retenía con caricias y besos que él no lograba esquivar, o mejor dicho, que no quería evitar. Su unión le confería el don del amor que ella le tenía y que siempre había deseado desde que era niño. Las chicas lo atosigaban y lo confundían, pero desde que la encontró, ya no hubo nadie más en su vida. 

Aquella fue una noche muy especial para ellos dos. Después de una buena cena, él la llevó al dormitorio que había engalanado con velas y pétalos de rosa esparcidos por el suelo. La luz suave de las velas danzaba en las paredes, creando un ambiente mágico que hacía palpitar sus corazones. Ella iba besándole con dulce paciencia.

M. D. Álvarez 

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