lunes, 15 de abril de 2024

Semilla.

El encuentro, breve pero intenso, dejó huellas imborrables en ambos. Tú, con una semilla en tus manos, símbolo de posibilidades y crecimiento. Él, con un recuerdo que se anidó en su corazón, como un tatuaje invisible pero eterno.

La semilla, pequeña y aparentemente insignificante, guarda en su interior un potencial inmenso. ¿Qué crecerá a partir de ella? ¿Un árbol majestuoso, con raíces profundas y hojas que danzan al viento? ¿O tal vez una flor delicada, efímera pero llena de belleza?

Y el recuerdo, como un suspiro atrapado en el tiempo, persistirá. Acompañará a su portador en los días soleados y las noches estrelladas. Será un faro en la oscuridad, un consuelo en la tristeza, y una sonrisa en los momentos de soledad.

Así es como el encuentro fugaz se convierte en algo eterno. No importa si fue un instante o una vida entera; lo que cuenta es el impacto que dejó. Y en ese rincón secreto del corazón, la semilla germina y el recuerdo florece, entrelazando sus destinos de manera mágica y única. 
M. D. Alvarez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario