Sus camaradas no pudieron apoyarlo, por mucho que insistieron en hablar en su favor. Él se retiró del servicio activo; no quería perjudicar su carrera.
Ella no comprendió por qué lo habían degradado y expulsado por algo que habían cometido los dos.
Los dos sentían una atracción mutua y, en un momento de debilidad, consumaron su amor.
Según las malas lenguas, había habido un chivato que lo había denunciado por actos deshonestos.
M. D. Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario