domingo, 9 de junio de 2013

Mujer de armas tomar.



            No se como lo hice, pero ya estaba hecho y no había vuelta atrás. Por fin, había tenido el valor suficiente para enfrentarse a él y abandonarlo, llevándome a mi hija.

            Ya nunca más volverá a ponerme la mano encima. Porque se la corte con un machete de cocina, cuando iba a pegarme de nuevo.

            ¡Pero, ahora es completamente inofensivo!

© M. D. Álvarez

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