El cabo Hopkins repartía las
cartas con la izquierda, mientra que con la derecha pasaba las cuentas del
rosario que, su amigo, el padre Morgan le había regalado.
Un regalo que le obligó a no mostrar a su derecha lo que hacía su izquierda.
Por eso cuando apareció muerto, con la bajara en la derecha y el rosario en la
izquierda, sus amigos supieron que lo habían matado.
© M. D. Álvarez
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