Ordenaron colocarle
una venda en los ojos para no ver su mirada petrificadora. Por fin había cazado
al monstruo, a la única Gorgona mortal y le harían pagar por los pecados de sus
otras dos hermanas: Esteno y Euríale, que al ser inmortales, no podían morir.
La mirada de Medusa era aterradora, pero aún mas espantoso, eran sus ofídicos cabellos que habían acabado con las vidas de los que osaron y se atrevieron a vendar los ojos a su dueña.
La mirada de Medusa era aterradora, pero aún mas espantoso, eran sus ofídicos cabellos que habían acabado con las vidas de los que osaron y se atrevieron a vendar los ojos a su dueña.
© M. D. Álvarez
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