Esa noche la tropa cenó compota,
sin saber de donde había sacado las manzanas el divino Ulises. Él fue el único
que tuvo acceso al jardín de las Hespérides, donde Hera había plantado las
semillas que su madre Gea le había entregado como regalo de boda. Se encontraban
guardadas por el dragón Ladón, que fue vilmente engañado por el artero Ulises.
© M. D. Álvarez
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