Aquel dulce animalito solo quería jugar un rato con las jóvenes doncellas que le traían para que se desfogara con ellas.
Pero tan solo era un tierno cachorrito que no sabía nada del amor que desataría en una de las doncellas.
No conocía el límite de sus fuerzas y cada vez que trataba de ser cortés y educado no sabía cómo las descuartizaba.
Solo una se salvó de sus caricias y fue la que finalmente logró su corazón y la forma de amansar al pequeño pero tierno minotauro.
La doncella llamada Bryony, por su aspecto delicado, logró sacar al minotauro de su prisión. Escapándose los dos a una isla salvaje donde los dos se profesaron amor eterno.
M. D. Alvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario